El marketing sensorial apuesta a generar una experiencia de compra única e inigualable. Saborear, oler, ver, escuchar a qué suena y sentir cómo se siente un producto, es resultado de una estrategia dirigida a la sensibilidad entera del consumidor, enfocada a tocar todas las fibras cuantas sean posibles y atrapar todo su cuerpo.
Está demostrado que en los compradores influyen otras variantes como la ambientación del local donde es atendido el cliente, su percepción de los colores de la marca o simplemente tener una buena impresión.
Los ya conocidos estudios neurosensoriales lo constatan: el 95% de las decisiones que toma un individuo son motivadas por el inconsciente, razón por la que, además de enfocar la publicidad en anuncios audiovisuales, el marketing sensorial se enfoca en la creación de experiencias, no de campañas. Y en éstas, el tacto, el gusto y el olfato coprotagonizan los escenarios del usuario.
Para lograrlo es fundamental comprender que los productos que mejor le quedan a esta tendencia de mercadotecnia, son aquellos emocionales, y que, según van evolucionando, se conciben como algo racional, afirma Pablo Mercado, consultor de Sensori-K.
Por ejemplo, una persona respira alrededor de 20 mil veces al día, este dato lo aprovecha el marketing sensorial para apostar a que varias de esas inhalaciones sean asociadas con el aroma de una marca; “sólo hay que ponerle el olor ahí y hacer que lo relaciones con ésta o con aquella marca”, afirma.
Otros datos que puedes utilizar para armar tu estrategia, dice Mercado, son considerar que elcuerpo humano recuerda 1% de lo que palpa, 2% de lo que oye, 5% de lo que ve, 15% de lo que degusta y 35% de lo que huele.
Estos porcentajes, aclara, corresponden a la vinculación que los clientes generan con un producto.
Al respecto, Martín Diez, consultor especialista en neuromarketing, afirma que el consumidor decide comprar o no a raíz de los estímulos que recibe; desde la psicología del color, la semiótica del vestuario, la antropología, estadística y hasta las neurociencias. En la medida en la que una marca logre evocar o construir una experiencia que haga sentir mejor a su target, la conexión y, sobre todo la experiencia, las ventas serán una consecuencia natural.
"No se trata de construir imágenes, olores, sonidos, texturas y sabores sólo por construirlos; se requiere una estrategia de marca bien definida", aclara Pablo Mercado. Definir claramente al producto y su target de marca es fundamental para armar un correcto plan de marketing sensorial.
Esto permitirá identificar qué imagen, olor, sabor, textura y sonido le va mejor a lo que se quiere anunciar, de tal manera que el cuerpo entero se sienta más cómodo y mejor conectado con un objeto en relación con los estímulos que recibe cada uno de sus sentidos.
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