Crear una marca no es una tarea fácil. Es como tener un hijo pero al que se le tiene que crear una personalidad y una identidad propia. Y eso no es lo peor, la identidad que le creamos debe lograr conquistar a la pareja que queremos viva con nuestro hijo de por vida.
Esto es el arte del Branding: tomar las decisiones correctas en el momento correcto para que nuestra marca logre tener significados que empaten con los códigos culturales, emocionales y simbólicos de nuestro mercado meta.
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