miércoles, 31 de octubre de 2012

HUECOS DE LA PUBLICIDAD


Con el mundo de las marcas apremiando al hombre en cada momento, con el bombardeo del ser y del estar según la moda, y con el tatuaje mental del “querer ser”, las personas sólo se preocupan por el cascarón que muestran a los demás y no por lo que hay en el interior tanto de sí mismos como de los demás.
Es verdad que existe una nueva tendencia hacia la espiritualidad, pero en realidad son sólo unas pocas marcas las que hacen el intento por aplicarlo. A pesar de que Kotler anunció la mercadotecnia 3.0, esta tendencia espiritual y de reconciliación entre el hombre, su sentido de vida, el bienestar tanto físico como mental y la naturaleza, las empresas no lo ha sabido llevar a la práctica.
Las marcas sólo se conforman con intentar ser responsables socialmente y con la ecología, pero volvemos a lo mismo: es sólo una apariencia. Como dice el señor Ortega y Gasset, el hombre está hueco, carecen de un dentro y de un conocimiento interno históricamente. En este sentido, las marcas reflejan la misma falta de arraigo interno que las consoliden, a pesar de que supuestamente todas tienen misión, visión y objetivos.
Pero ¿cuáles serían las consecuencias de que las marcas comuniquen la espiritualidad? Lo más probable es que solas se ataquen, pues con el pleno conocimiento de que lo material es lo menos importante, las personas dejarían de comprar. 
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